LOS FACTORES PSICOSOCIALES EN EL PROCESO DE TRATAMIENTO PARA LA READAPTACIÓN SOCIAL EN LAS PRISIONES DEL ESTADO DE MÉXICO.
Cita:
Cisneros, J. L.
(2016). Los factores psicosociales en el proceso de tratamiento para la
readaptación social en las prisiones del Estado de México. Cotidiano - Revista
De La Realidad Mexicana, 32(200), 193-208.
Los infractores de la ley penal, aunque sean
juzgados bajo el mismo sistema judicial y encerrado bajo el mismo sistema
penitenciario, han sido relegados a una violencia estructural de funcionamiento
del discurso propio de una discriminación económica según los recursos de las
familias mejor acomodadas.
Tal como pasa en el desarrollo causal de la vida en
sociedad, o mejor dicho fuera de los establecimientos carcelarios. Dentro se
recrea esas virtudes acrecentando las problemáticas estructurales que los
mismos administradores de este sistema, reproducen y mantienen bajo lógicas de
una percepción económica propia del criminal.
Es a los infractores de la ley a quienes
el Estado despliega la violencia institucional mediante el encierro y el
tratamiento. Sin embargo, esta violencia institucional no sólo se despliega
como resultado de la infracción de la norma, se trata de una violencia
estructural que en buena medida ha sido selectiva y que ha venido actuando de
manera previa al encierro de un sujeto, de suerte tal que su selectividad
ejerce un poder penal sobre cientos de grupos de excluidos y marginados
sociales. (Cisneros. 2016, p. 193)
Ahora dentro de la misma población que es marginada
socialmente, amparados institucionalmente dentro de la estructura del derecho a
castigar del estado, como justificación inequívoca de la manifestación del
poder unidireccional. Existen patrones de marginación y discriminación al
interior de estos establecimientos, donde se establecen problemas sociales de
generación manifestada por unos lineamentos propios de lineamientos asistidos
por unas patologías del propio criminal.
Donde según el delito cometido se estratifican según
los posibles beneficiarios de una corrupción criminal y el acaparamiento de los
pocos y escasos recursos que ofrece el aparato estatal en pro de la calma de
estas personas.
La dimensión de los problemas psicológicos que
ostenta la población carcelaria al estar relegada a cuestiones de marginación
social, se ve reflejada en la posición de reincidencia del mismo delito.
Cuestionando la posibilidad del Estado e irrupción en sus mismas lógicas de
poder, donde quieren establecer unos parangones de generación a partir de una posible
venganza a toda la sociedad de por medio.
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